UNA OFENSA CONSENTIDA TRAE UNA OFENSA MAYOR.

El avestruz no ve pero lo ven. Sin dudas.
El avestruz no ve pero lo ven. Sin dudas.

NOV/ 2022

La MULTI del viernes 25/11/2022 era muy especial, ya que aparte de las dificultades habituales y declaradas que tengo para poder participar por estar trabajando, lo que constituye todo un desafío y un riesgo, escuchar con atención y trabajar al mismo tiempo, en realidad más escuchar que trabajar, se le sumaba que era mi último día antes de la licencia por la operación, así que estuve bastante ocupado y por eso debí entrar tarde.

Esa demora me impidió escuchar el testimonio de un asistente sarmientino, de asistencia perfecta y testimonios habituales y también gran parte del de una señora casi tan habitué como el chico, pero con un menor nivel de participación.

En algún momento me pareció ser mencionado pero justo estaba contestando algo y no entendí el motivo de la mención.

Lo pregunté por el chat, pero no obtuve respuesta.

A la señora que estaba hablando le preguntaron cómo veía mi actitud testimonial ante la operación y si le gustaría tener alguna de mis actitudes y que yo tuviera algunas de las de ella.

Realmente seguía sin entender, escuchando un poco cortado por las interrupciones que sufría a cada momento y por haber agarrado todo empezado.

Luego habló una chica norteamericana, que entre las cosas que me iban pidiendo, los llamados telefónicos y su español CASI perfecto me hicieron perder el hilo de la conversación entre ella y el Coordinador.

Hasta ahí una MULTI normal, buena, participativa, sin las interrupciones extemporáneas, sempiternas, consentidas y distorsionantes de los temas que se vienen tratando, con lo cual todo fluyó con naturalidad.

Pero se produjo un clic, cuando se centró la MULTI no en mi problema sobre las postergaciones de la cirugía sino en mis reacciones ante esas postergaciones, algo realmente llamativo toda vez que no había hablado ni pretendía hacerlo.

Consideraciones sobre todo lo que debería haber hecho, que no reaccione por miedo, que no se entendía como no había denunciado la situación, cómo no había ido a los medios, como no me había ido a quejar al Servicio y a la Dirección, etc.

Mientras que asistía atónito a lo que se decía sin poder contestar porque estaba en la oficina, me sentí por un instante como mi amiga, la investigadora del Conicet Sandra Pitta cuando el entonces candidato Alberto Fernández la escrachó.

En este espacio (mi web) puedo hablar de mi mismo sin caer en el habitual riesgo de ser auto referencial, ya que fundamentalmente se trata de mis Resonancia Personales.

Este sábado, luego del partido de Argentina, mirando un poco el celular pude reconstruir la historia, que no pretendo que nadie guarde en su memoria, pero que quizás ayude a evitar juicios de disvalor que me causan menos gracia que los chistes de muertos por COVID en el velatorio de mi madre, que murió por  COVID.

La historia es así: Tenía fecha asignada para el 26/9 para mi cirugía, pero el 1°/9 se intentó atentar contra la ex-presidenta y se decretó feriado para el día siguiente, por esta razón y porque el Hospital Español tiene una cantidad limitada de quirófanos y urología tiene días específicos para utilizarlos, sin contar que la cantidad de médicos no son ilimitadas y porque al poco tiempo quien debía operarme y quizás alguno más tenían agendado un Congreso, algo bastante difundido entre los médicos, todo se fue corriendo y por esos motivos se me dijo que me postergarían la intervención.

Hombre internado, con suero.
Hombre internado, con suero.

La nueva fecha asignada era el miércoles 19 de Octubre, para lo cual ese día me presenté a las 06.00 hs. , me pusieron el suero, me dejaron en una habitación y me quedé dormido, quizás por el aumento de Clonazepam, medicación que tomé según las prescripciones de mi terapeuta.

Ese día luego estar algunas horas en el Hospital me quedé dormido y me despertó una de las urólogas, me dijo que no podrían operarme porque tenían menos sangre de la que podía ser necesaria y que por eso me suspendían la cirugía, entonces pregunté para cuándo y me dijo que tratarían de realizarla antes que se me vencieran los estudios, que ellos se comunicarían, algo que le agradecí con una sonrisa.

Asumí la situación con la tranquilidad que me da la experiencia de haber pasado por numerosas situaciones difíciles, donde lo que aprendí como dueño de una empresa y como dirigente político, acostumbrado a tener varias reuniones conflictivas es que en las situaciones complicadas y difíciles el que se calienta pierde, algo que sigo al pie de la letra, por eso debe ser que en todos los trabajos me mandan a reclamar, negociar, conciliar, con sindicatos, contratistas o funcionarios y que este Post no lo escribí antes, porque no hubiera sido conveniente.

A la doctora que me transmitió la información le pregunte si podía hacerme un certificado indicando las razones de la suspensión de la cirugía para presentar en el trabajo y así me hizo.

En esa misma semana me llamó una Abogada de la MULTI para decirme que era amiga de la Directora de Asuntos Legales del Hospital, que ya le había comentado la situación (sin previa consulta) y me preguntó si quería hacer algo, le respondí que prefería esperar.

Otra Multiamiga, esposa de un abogado, muy agradables y queribles ambos se ofrecieron gentilmente para iniciar acciones legales por abandono de persona, meter una cautelar, etc. y me sugirieron que cambiara de lugar de intervención.

Al ofrecimiento legal le dije que prefería esperar y al cambio de centro de atención, que no lo haría porque eso demoraría la gestión al menos 60 días por el protocolo que maneja PAMI.

El lunes 24/10 me comuniqué con el Servicio de Urología para tratar el tema de la nueva fecha, a pesar que me habían dicho que ellos se comunicarían y me citaron para el viernes 28/10, donde me pidieron algunos estudios y análisis y pedí que me recetaran una TAC con contraste, el médico me dijo que no era necesario, le volví a pedir que por favor yo quería saber sobre la evolución del tumor y me dijo que no tenía sentido irradiarme el cuerpo (o algo así) y le insistí por 2° vez y con pocas ganas me lo hizo.

En esa oportunidad me dijo que mi médico estaba en un congreso fuera del país, que en noviembre era imposible que me operaran porque no tenían ninguna disponibilidad, que en diciembre trataban de no operar para que los pacientes pudieran pasar las fiestas navideñas con sus familias y que "seguramente" sería en Enero/ Febrero, que no debía preocuparme porque al no tener ningún síntoma y por los resultados de los estudios y análisis que había presentado que no había ningún apuro ni ningún riesgo.

Le consulté a mi terapeuta porque no sentía angustias, si era realidad o una era postura negadora y lo atribuyó a la medicación (Venlafaxina) y a que según él soy muy racional.

También he pensado en los riesgos intrínsecos de la operación al poseer varios factores que lo incrementan (diabetes, obesidad, etc.) y tampoco me he angustiado, me he refugiado en mi fe, en mis creencias religiosas y no encontré motivos para deprimirme, la muerte hace al ciclo de la vida.

En algún momento también he realizado un análisis retrospectivo y sacando el aspecto económico en los demás me siento conforme con lo realizado en mi vida, con lo que tengo y con lo dejaría. 


Algunas consultas parecen interrogatorios.
Algunas consultas parecen interrogatorios.

Ante este cuadro de situación comienzo a preguntarme:

¿Porqué a 9 días de la fallida operación me negaba a iniciar acciones legales o cualquier otra medida?

¿Porque no publiqué lo sucedido en Cartas de Lectores, en Clarín y La Nación, donde sin ninguna dificultad podría haberlo hecho? 

¿Porque no aproveché mis casi 25.000 seguidores en Linkedin para difundirlo y convertirlo en una bola enorme? (mis publicaciones actuales son visitadas por algunos miles de personas)

¿Había tenido miedo? ¿Carecía de toda virtualidad sana? ¿No había desarrollado ningún recurso yoico?

¿Tenía un hablar suave, pausado, sereno y políticamente correcto por temor a no caer bien o a generar reacciones adversas?

Nada de eso, el 3/11 ya sabía que me reuniría a la semana siguiente con el Jefe del Servicio de Urología, que seguramente me atendería puntual y con simpatía y que de esa reunión por previas "gestiones especiales" me operarían mucho antes y cuando tuve la fecha precisa se lo comuniqué a algunos que creí oportuno hacerlo, a los que se habían preocupado por como sobrellevaba la situación y no si habían sido los receptores de la primicia, les informe, para sorpresa de todos que a finales de Noviembre sería la fecha y no en Enero/ Febrero 2023.

Esta aclaración pormenorizada que nunca había detallado y que no rebelaré más datos, ya que las "gestiones especiales" se hacen entre caballeros y en general no son motivo de demasiada difusión es suficiente que lo sepan quienes lo tienen que saber, secreto profesional le dicen algunos.

Nunca creí necesario tener que brindar este tipo de explicaciones, que realmente me siento interrogado más allá de lo que me brinda felicidad. El transmitir emociones no está tipificado como delito en el Código Penal.

Acepto las reglas del juego, la dicotomía entre aceptar ser grabado o no entrar en las MULTIs, lo consiento y me guste o no me guste lo acepto, de ahí mí en más la preservación de mi intimidad y los límites que le impongo son resorte exclusivo de mi persona.

Más allá del escrache inicial y de forzar a la señora a decir que cosas que creía que le serían útiles de mí y cuáles de las suyas me serían útiles, un ejercicio contra fáctico que al menos a juzgar por tensión del rostro de la señora no le debe haber resultado cómodo ni satisfactorio y, agrego, de muy dudosa utilidad.

Pero faltaba la frutilla del postre, el descubrimiento del hilo conductor entre los participantes y yo, algo sumamente forzado y de escaso buen gusto, partiendo de un profundo desconocimiento de los mis actitudes y aptitudes, las que si alguna vez les hubiera resultado interesante o importante conocer alcanzaba con preguntarme sobre hechos concretos, sobre testimonios, no sobre quien los brindaba o más sencillo aún, dedicando no más 10 minutos a interiorizarse de mis opiniones volcadas y difundidas en mi web, aunque algunas veces patine por cuestiones ideológicas, consiguiendo en su conjunto una situación psicoanalítica quizás enriquecedora para algo o para alguien, pero a título personal me resultó absolutamente desafortunada, invasiva y poco feliz.

Podría haber elegido el hacer como el avestruz, que mete la cabeza en el agujero suponiendo que al no ver lo que sucede no será descubierto, pero eso es algo demasiado lejos de mí, máxime que resuena en mis oídos una frase cuyo origen desconozco la que plantea que: Una ofensa consentida, trae una ofensa mayor, y creo que  reaccionar, con respeto, con fundamentos, con una respuesta educada y políticamente correcta es lo mínimo que yo espero de mí mismo.

Tal como sostenía José Gervasio de Artigas   con la verdad no ofendo ni temo.  

NO  ERA  MIEDO, ERA UN  PLANTEO TÁCTICO  PRODUCTO  DE  UN ANÁLISIS 

ABSOLUTAMENTE  RACIONAL

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