TODOS TENEMOS UNA HISTORIA

OCT/ 2022
El miercoles pasado (19/10) tuve un experiencia muy fuerte, ya que cuando estaba a punto de ser operado de mi cáncer, me avisaron que me suspendían la cirugía porque no alcanzaba la sangre por si me tenían que transfundir.
Ese tema que compartí con algunos MULTIamigos y más allá de las muy valerosas y estimulantes opiniones, recibí unos mensajes muy sentidos de una mamá que continúa con problemas muy serios con su hijo, quien hace algunos días y a pesar de las instrucciones del profesional tratante, ha dejado de tomar la medicación y eso obviamente es bastante peligroso, es probable que de continuar con esa negativa le que traiga problemas de consecuencias imprevisibles.
Esta situación no es nueva ni desconocida dentro de las sesiones de la MULTI y si bien creo que la mayoría piensa que son los padres, fundamentalmente, quienes guardan una responsabilidad superlativa sobre el problema, que el cansancio en su relación con su hijo no es admisible y que sólo es adjudicable a su poca asunción del problema, mientras que yo tengo una mirada diferente, mucho más condescendiente, tolerable y acogedora para con ellos.
Según parece, las tramas familiares ya venían con algún inconveniente y ellos apenas detectaron el problema de su hijo intentaron por todos los medios a su alcance, aunque por los resultados no hay proporcionalidad entre los esfuerzos realizados, los problemas absorbidos y las soluciones encontradas, de hacer lo posible por encarrilar la situación.
Así llega un momento en el que no se dan por vencidos, pero quizás sí por superados y no se los puede lapidar por ello y si bien no se harán acreedores a un monumento, cargarlos con la culpa por el sentirse como se sienten me inclino a pensar que es demasiado castigo.
El joven ha estado internado pero a juzgar por los comentarios familiares el resultado no ha sido el esperado y el tema que lo aqueja y lo vuelve agresivo puede terminar mal en cualquier momento, para él, para su familia o para un tercero y esa situación es la que los padres se declaran imposibilitados para encontrar soluciones, sufren, temen por el desenlace que puede o no involucrarlos en forma directa o indirecta y se declaran casi totalmente superados
Si es exactamente así la situación, parecida o distinta no lo puedo asegurar es posible, todo puede ser ya que se trata simplemente de una percepción absolutamente personal, representa lo que a mí me resuena luego de escuchar su relato y a riesgo de resultar vapuleado por mis opiniones diré: Que los entiendo, que lamento su situación, que me duele lo que les pasa y que me dá la sensación que ellos más que palos necesitan apoyos, que más que recibir reclamos necesitan comprensión, que más que ser cuestionados necesitan algún aporte de ideas o de vínculos que les permitan salir del círculo vicioso en el que se encuentran.
Si estoy equivocado, mala suerte, así pienso.
Hace un tiempo que no los veo en la MULTIs, por las causas que sean no están viniendo y sus razones tendrán, yo las desconozco, pero poniéndome es su lugar, y considerando que algo de eso es lo que se trata la empatía, pienso que me pasaría a mí en circunstancias parecidas

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¿Si voy a un lugar donde desnudo mis angustias, cuento mis dolores, mis impotencias, mis necesidades emocionales y aunque pueda ser cierto que soy más victimario que víctima sólo encuentro reproches, seguiría yendo?
Obviamente diría con los azotes que me da la vida ya estoy hecho, no voy a entregar un cinturón a cada uno para que me peguen otro poco más.
Muchas veces me han dicho, como un soy un caballero y los caballeros no tenemos memoria, no recuerdo quien fue que: Siempre hablan de lo mismo, Otra vez con el mismo tema, que desamor, cómo pueden hablar así del hijo y cosas por el estilo.
Mi respuesta siempre fue la misma: ¿De qué queres que hablen si esta situación ocupa el centro de sus vidas?
Si lo que dicen no suena bien, fundamentalmente para todos los que tenemos (metafóricamente hablando) hijos altos, rubios y con ojos celestes, profesionales exitosos y que nos llenan la casa de nietos que son un amor, pero este no su caso y ellos vienen a compartir, a socializar, a buscar una mano amiga, un abrazo reparador y traen lo que tienen, piden lo que necesitan y sólo reciben palos.
Según algunos dicen toda la familia y fundamentalmente ellos necesitan poner sus ideas en orden y me pregunto a mi mismo ¿Alguien les preguntó si hacían terapia? Seguro que sí, que yo no lo recuerde no quiere decir que suponga que nadie lo hizo.
Cada vez que surgen estos temas hay una fortísima tendencia en poner la culpa, hermana mayor de la responsabilidad, en cabeza de los padres y exculpar a los hijos, a los abuelos, a los profesionales y a la Sociedad en su conjunto de toda la cuestión, pero ni tanto ni tan poco.
Los que hemos tenido la desdicha de no tener hijos perfectos y más aún de ser nosotros mismos bastante imperfectos sabemos lo que se sufre, que quizás un día es el dolor nuestro compañero de viaje, otro día la angustia, otro día otra cosa, un día el hartazgo y el maldecir la situación, ganas de tirar la toalla y al otro día ¿Qué hacemos? Volvemos a empezar.
Seguro que ellos hacen lo mismo.
Yo los admiro, los estimo, los valoro a pesar de no haberlos visto en mi vida, víctimas o victimarios siguen adelante haciendo lo que pueden, poniendo su esfuerzo, su paciencia, su amor, aunque muchas veces se sientan superados y aunque no encuentren en la Sociedad un ámbito propicio para canalizar sus inquietudes.
Quizás porque buscan algo que no existe, quizás porque lo que buscan lo tienen delante de sus ojos y no pueden o no quieren verlo, quizás porqué estos problemas de hoy, que en este caso llevan demasiado tiempo y ni siquiera hayan empezado en su niñez quizás vengan de mucho más atrás y ese enigma y como salir del laberinto será lo que deberán buscar, encontrar a quien les habilite un puerta al pasado ya que aquí nadie salió de un repollo, todos tenemos una historia.
Quizás no coincidas, mi opiniones no son un billete de 500 euros que le gusta a todo el mundo.