SEXO Y AMOR

FEB/ 2023
Como volví a trabajar no puedo hablar desde la oficina ya que no tengo la intimidad mínima y estoy en lugar físico que es el paso obligado al baño, a la cocina, al mini depósito y al archivo, con lo cual lo más que puedo hacer es escuchar, siempre y cuando que no me suene el teléfono, o me llamen para alguna reunión. El estar en la clandestinidad tiene sus complicaciones.
En la MULTI del viernes 10/ 02 comenzaron diciendo que cuando eran presenciales alguien tomaba nota y luego con eso después podían seguir el tema.
Yo tengo una variante ya que no me parece correcto (aunque ahora me resulte imposible) decir siempre o casi siempre "a mi resonó" como quien canta Bingo!!! ya que eso me da la sensación de una necesidad de protagonismo exacerbado que precisamente no es mi caso.
Yo hago otra cosa y en esta etapa aún más, escuchar con mucha atención, no anotar ni una palabra y después preguntarme ¿Que me resonó? y con eso armo un Post y lo cuelgo en la web, algo que lo venía compartiendo con algunos, con la posibilidad que incorporar comentarios.
Ningún Post incluye menciones ni especificaciones de nadie, ni juicios de valor u opiniones respecto de lo escuchado, simplemente una breve introducción del tema y luego mi resonancia.
Superada esa mini intervención surgió un tema que en general suele presentar algunas dificultades para su tratamiento y es el referido a la sexualidad, quizás ese fenómeno se da entre la gente mayor ya que a lo largo del tiempo y casi hasta el advenimiento de la democracia en 1983, todo lo que estaba relacionado con el sexo permanecía oculto, prohibido, reservado a la más tierna intimidad, o la trampa y el sólo mencionar el tema ya generaba rubor en algunos y aumento de la libido en otros.
A fines de 1973 como paradigma de la censura se había prohibido la continuidad de exhibición de El último tango en París, una película que hoy casi podría exhibirse en Paca Paca.
Recordemos que con la primavera de la Democracia
llegaron las primeras revistas eróticas, eran exhibidas en los kioscos del centro
con una cobertura de nylon negro y hoy se ven cosas mucho más trasgresoras en
la televisión abierta en horarios protegidos y se ha naturalizado.
Algunos años antes los españoles iban a Biarritz o a Perpiñan a ver películas que por su "alto contenido erótico" el franquismo no las permitía en el Reino de España.
Los que nacimos en la década del 50, y ni que hablar las generaciones anteriores, nos criamos con una concepción de la sexualidad como algo transgresor, pecaminoso, prohibido y de una manera u otra se lo transmitimos a nuestros hijos, generando un verdadero choque generacional.
Con relación a este tema alguien contó una experiencia tierna, amorosa, delicada, quizás única e irrepetible en su vida y que a pesar del tiempo transcurrido su solo recuerdo le dibuja felicidad en su rostro, cómo se decía hace un tiempo: Cara de feliz cumpleaños.
Muchas posibilidades de escuchar resonancias no existieron porque el tiempo siempre es tirano y seguramente el tema volverá a retomarse en otra oportunidad.
El testimonio resonó en mi fuero más íntimo, y ¿Cómo no iba a suceder? si por tener relaciones, en mi juventud y sentir la responsabilidad ante el embarazo de mi novia terminé pasando por el Altar, constituyendo uno de los momentos más traumáticos de mi vida.
Mi futura suegra exclamó al enterarse, ahora que "hicieron la porquería" hay que apechugar, en su idioma no encontró una definición mejor para definir nuestras relaciones prematrimoniales, que eran más producto de la ebullición de las hormonas que fruto del amor.

Eran los fines de la década del 70, pleno Proceso, la píldora del día después no existía y del aborto ni se hablaba, al menos en ciertos ambientes de la sociedad.
Para mí siempre la sexualidad fue algo difícil para tratar con mis hijas (todas mujeres) siempre sentí cierta vergüenza, y ellas actualmente lo sienten conmigo, algo bastante inmaduro de mi parte que veo que las nuevas generaciones lo tratan con mayor naturalidad.
Me cuesta asumir la homosexualidad y estas formas modernas de entender la vida, no rechazo a nadie por esa decisión, pero cuando los veo besarse por la calle me genera un cosquilleo difícil de explicar, mientras que a mis hijas les parece de lo más normal.
Las chicas tienen 43, 36, 35 y 21 (esta última de mi 2ª matrimonio)
He evolucionado en algunos aspectos, pero en otros no y este es uno de ellos y por el altísimo valor que le he dado a la fidelidad es que jamás le he sido infiel, y aunque algunos sostienen que no hay sexo sin amor, yo no comparto ese pensamiento, a pesar de lo cual y por cuestiones diferentes no he dado rienda suelta a los impulsos que en muchas oportunidades he percibido.
Hablar de sexualidad con seriedad es una materia pendiente en mi vida, ni siquiera en mi juventud, donde el hacer alarde de los hechos que muchos no pasaban de la imaginación, ni he brindado detalles de mis encuentros amorosos u ocasionales ya que siempre he creído que eran una parte absolutamente reservada e íntima de vida, cuando en realidad quizás no lo hacía simplemente vergüenza de tratar el tema.
El tratamiento de la sexualidad finaliza cuando se trata de la exhibición de la vida personal, por lo que es de destacar la valentía y decisión de quien reflexionó sobre el tema en 1ª persona.
Resulta habitual escuchar quejas de los hombres referido a las excusas que reciben de sus cónyuges, siendo el "dolor de cabeza" quizás el paradigmático, aunque la lista se puede extender hasta el infinito sin que sorprenda y lo mismo de las mujeres el "me pongo lo que me pongo, no me toca ni con un palo"
Es habitual decir y escuchar quejas inconducentes por el poco interés que se encuentra en la otra parte a tener relaciones, a veces sin entender que el encuentro íntimo es el resultado de muchas cosas previas.
En otro momento se planteó que no hay sexo sin amor, realmente ese pensamiento debe ser tan profundo que lo no alcanzo a comprender, ya que, si el único componente que determina la existencia de las relaciones sexuales fuera realmente el amor, posiblemente el 90% de los albergues transitorios deberían cerrar y sin embargo eso no sucede. Por algo será.
Por lo que una ampliación del concepto sería muy interesante, salvo que se esté hablando del amor fuera de la pareja y que se separe sexualidad de genitalidad.
También se tocó el tema de desnudarse en la MULTI, como sinónimo de abrir el corazón, de aflojar los frenos inhibitorios y no reservarse nada como reaseguro de la más profunda intimidad, quizás esto sea lo correcto, pero me genera dudas de adoptar esa postura en un ámbito semi público, con gente casi desconocida con el riesgo latente de luego arrepentirse de haber hablado de más y ya sea tarde para volver atrás.
Yo creo que hay temas lo suficientemente privados, íntimos, personales que deben ser protegidos y reservados para ser expuestos ante quienes nos representen un nivel de confianza y supuesta comprensión que nos impulse a abrir el corazón y quedarnos sin reservas.
Una MULTI dinámica, participativa, respetuosa, de mentes abiertas y discursos para el debate, le dieron un brillo que no siempre es sencillo de lograr y quizás lo más importante es que no descarto que pueda volverse sobre sus pasos y recomenzarse el temario.