PROACTIVIDAD

Proactivo
Proactivo

Más allá de las definiciones de excelencia, de cátedra y de manual que pueden leerse en infinidad de notas, artículos, en Wikipedia o googleando, vamos a los bifes, vamos a los que se espera dentro del ámbito de la construcción, (que ya he dicho es el único que conozco un poquitín, aunque quizás pueda aplicarse a otros espacios) y es pura y exclusivamente ser un atento sorprendedor.

Para ser proactivo no hace falta ser inteligente (si sé lo es cuanto mejor) alcanza con prestar atención a todo aquel que nos rodee, ya sea el gerente bajando de su BMW o del peón que llega en bicicleta, ambos hablan, ambos dicen cosas, ambos experimentan sensaciones y algo de ese prójimo nos tiene que resonar, o sea debemos estar atentos para que cuando algo se diga poderlo capturar y trabajar sobre ello, convirtiendo la mayor estupidez en una grandísima idea. ¿Eso es virtualidad sana? Seguro que sí.

Luego habrá que darle forma, adaptarla, traducirla y más pronto que tarde exponerla, no hay problemas en citar a la musa inspiradora, sea quien sea, una cosa es la inspiración y otra muy distinta es la entrega de un producto terminado.

No hace falta inventar nada, pero si no descartar todo de una, a la primera, darnos tiempos para masticarla, digerirla y las más de las veces se pueden extraer muy buenos resultados.

Eso es lo que espera cualquier empleador pretende cuando hace poner la palabrita en cuestión, aun cuando en algunos o en la mayoría de los casos no tenga idea clara de lo quiere y de su significación y piense que un proactivo es un inventor de soluciones extraordinarias, que tiene la varita mágica y que puede convertir en oro todo lo que toque.


Comer vidrio
Comer vidrio

Cuando uno es proactivo y esta incentivado las ideas le fluyen y de cada palabra puede elaborar un proyecto, pero tiene un riesgo y es no ser descubierto como tal y ante cualquier propuesta o idea novedosa se la rechace porque nunca se hizo así (justamente por eso es novedosa) porque puede fracasar y para experimentos (o cambios importantes) no es este el momento o lo peor de todo que puede suceder es que si ni siquiera se conteste.

La falta de respuesta, por la causa que sea es una señal muy negativa, ya que imposibilita el mejoramiento de la propuesta, el debate enriquecedor, ajena, un desprecio al esfuerzo y un alimento sustancioso a la desmotivación.

Si te dicen que tu propuesta no se entiende, te esforzarás en explicarla mejor, si te dicen que resulta onerosa podrás intentar dedicarte para reducir costos y en demostrar que la relación costo beneficio amerita la inversión, si te dicen que no es momento esperarás un cambio de situación pero si la respuesta es la nada misma, ante la próxima idea lo más probable es la pasividad, o un menor esfuerzo, o un menos estudiado desarrollo, por lo cual no estaría de más que quienes tengan en su cercanía alguien realmente proactivo que lo cuiden, hay muchos, casi la mayoría, pero la gente se aburre y además no come vidrio. 

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