PADRES IMPERFECTOS - PADRES EXTRAÑADOS.

JULIO / 2022
Cómo creo haber comentado, la salud y mi familia está marchando por veredas diferentes y en sentido contrario por lo que he tomado la decisión de acortar mi participación en las MULTIs para compartir las cenas familiares.
La parte que pude compartir, no exenta de las habituales y tediosas interrupciones, puso de manifiesto un tema que no por muy tratado pierde vigencia y que divide las aguas como un barco cuando avanza.
Quizás sea el tema Top de las actuales MULTIs, es el de la familia con un hijo que está pasando un momento difícil y la actitud de los padres.
Algunos manifiestan que no acuerdan con la actitud que asumen o asumieron en el pasado y en el presente los padres (Teoría 1: Los padres son "culpables" de las actitudes de los hijos) y otros levantan la idea que hay múltiples factores que inciden en las conductas, actitudes y aptitudes que asumen los hijos (Teoría 2: Los padres son "corresponsables" de las actitudes de los hijos) y aunque algunos de mis amigos se enojen o no compartan mi pensamiento, a mí me resuena mucho más la Teoría 2 que la 1.
En este caso en particular, sin conocer los orígenes de la situación familiar, percibo por una cuestión de piel, que los padres hacen todo lo que les resulta posible, ¿Qué podrían hacer más?, seguro que sí, ¿Qué podrían haber desarrollado más recursos yoicos, ser más empáticos, preocupados y haber criado un hijo cuasi ejemplar? seguro que sí, pero la única verdad es la realidad y estos padres son lo que son, hacen lo que pueden y obtienen los resultados que consiguen.
No son perfectos, sufren, lloran, se emocionan, hacen terapia, van a las MULTIs, son respetuosos, no interrumpen, hacen lo que pueden y por ser lo que son no merecen subir al escenario para recibir el premio Nobel a la Paternidad Responsable pero tampoco ascender al cadalso.
El evangelista Juan (cap. 8, versículo 7) termina relatando lo que Jesús le contestó a los maestros de la ley y los fariseos: Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra y yo cómo padre de 4 hijas, bastante imperfecto, no tengo argumentos para cuestionarles absolutamente nada.
Los veo más tranquilos, con la confianza que al estar recibiendo los controles y la medicación que necesita su hijo más pronto que tarde dejará el sitio donde se encuentra y podrá encarar una vida mejor para él y para el resto de la familia.
Palos por diestra y siniestra y ellos aguantando estoicamente hasta que en un momento el padre ya no pudo más y reaccionó, en vez de implosionar como siempre, explotó y cuando uno explota, explota.
Volvió a quejarse que en este libro de cuentos los padres siempre somos el lobo feroz y los hijos Caperucita Roja y tengo la sensación que no es ni tan tan ni muy muy.
Cualquier familia medianamente normal espera la felicidad de sus hijos y la propia y si las cosas no salen bien siempre es culpa de los padres y cuando los hijos salen bien ¿Quienes son los responsables?

Mi 2° hija tiene dos títulos universitarios, uno de Argentina y otro de España ¿Es ella o soy yo? Teniendo un buen trabajo aquí hace dos años emigro, no se animó a quedarse, ¿Se fue por ella o se fue por mí? Y así podría seguir con las dos menores.
Yo hice lo que pude para que fueran felices, se han desarrollo profesionalmente pero ¿Son todo lo felices que yo esperaba? Obviamente que no, pero tampoco asumo ser el único responsable de sus infelicidades parciales.
Vuelvo sobre tema, estos padres no son perfectos, quizás los de ellos tampoco lo fueron y si en algún momento tiran la toalla y los gana el desánimo que se debe hacer ¿Pisarlos como a una cucaracha o tenderles un mano para levantarlos y que sigan luchando? Obviamente me quedo con la última variante.
También se testimonió sobre el tema del duelo, el dolor por la muerte de un ser querido y cercano, en estos casos se trataba de las madres, cada una con su dolor, cada una elaborando el duelo como puede, diferentes formas, diferentes dolores, diferentes personas, pero el peso del dolor lo cargan igual cada una como puede o como pudo.
Testimonios desgarradores, llantos con lágrimas que salen del corazón, un tema muchas veces tratado y que siempre reaparece, nuestro ser no termina de aceptar la finitud de la vida, uno puede prepararse para la falta, para la partida, pero es más difícil prepararse para afrontar el dolor y cuando es muy grande a veces nos inmoviliza.
En mi caso particular, y de eso va esta web, acompañé a mi padre durante toda su convalecencia hasta el momento de su muerte y aunque ya pasaron 30 años de ese momento lo sigo recordando, sigo teniendo presente muchos de sus decires y algunos los repito quizás como un testimonio para honrar su memoria.
Mi madre murió de COVID en cuarentena, pasó conmigo los últimos 10 años de su vida, ella me había convertido en su bastón, yo me dediqué con mucho esfuerzo y cariño a acompañarla en todo lo que necesitara y a pesar de eso nunca se me cayó ni una lágrima. ¿Soy un mal hijo por eso? Por favor.
Cada uno hace con su familia lo que puede, con sus padres y con sus hijos lo que puede, consigo mismo lo que puede, si hace terapia mejor y en algunos casos ni siquiera puede atreverse a pensar en una terapia y quien llorando o sin llorar, con hijos astronautas de la NASA o con problemas que requieren mucha atención, merecen ser juzgados, aunque muchas veces vemos con facilidad la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
El camino a la felicidad y a lo más parecido a la plenitud está sembrado de pozos y de minas antipersonas, no es campo orégano por el que transitar sea un paseo. Esta es la magia de la vida.