LAS HERENCIAS

SEPT/ 2022
La MULTI del 14/09/22 tuvo todos los componentes que a mi humilde modo de ver merecería ser elevada a la categoría de Leading Case.
Todo empezó con un muy sentido testimonio de una de las participantes más habituales, que si no tiene asistencia perfecta muy lejos no debe estar.
Dueña de un muy medido, respetuoso y delicado nivel de exposición y a quien tuve oportunidad de conocer hace unos meses y me pareció exquisitamente dulce y muy amable.
Ella planteó una situación particular referida al reparto de los bienes de su madre fallecida y los conflictos que esa situación generaba con sus hermanos.
Este tema que tanto la angustiaba fue magistralmente conducido por el Coordinador quien se ocupó que los aportes giraran en torno al tema en cuestión, evitando que cada uno hablara de un tema distinto, casi como para escucharse a sí mismo.
Que los testimonios fueran guiados habilitó a que muchos pudieran expresar sus resonancias, en forma breve, compacta, clara, contundente y aunque no del todo concordantes, lo cual enriqueció de un modo muy particular la MULTI.
Tanto fue así que no hubo ni siquiera un intento aislado de monopolización de la palabra, habló todo el equipo y cuando alguno desbarrancaba el Coordinador estaba allí para enderezar el volante.
Algo que si siempre siguiera ese derrotero sin dudas sería mucho más aprovechado el tiempo disponible, el cual siempre parece poco.
También se tocó el tema de la operación, muy compleja, por cierto, de uno de los asistentes habituales, se sumaron testimonios de familiares y otras personas cercanas, manifestando la alegría por el resultado de la cirugía.
Así fue hasta las 22:00 hs., que duró la MULTI y como no me pude quedar al Ateneo sólo comentaré mis resonancias hasta ese momento.
El tema no me es para nada ajeno ya que he perdido a mis padres y me he encargado personalmente de varias gestiones, quizás por varias razones, pero sólo mencionaré una: por ser el mayor de 3 hermanos, todos varones.
Hago esta aclaración porque si las herencias de lo mucho son complicadas, las de los pocos también lo son, en nuestro caso particular fue un poco trasgresor y sui generis, ya que mi padre, quien falleció primero, de su trabajo en el ex Concejo Deliberante por haber muerto en funciones le correspondían por alguna causa que desconozco, 24 sueldos, salarios atrasados y alguna cosas más y como era Director General era bastante plata y a cobrar el cheque en la ex caja de Ahorros y Seguros fuimos los 3 hermanos.
Mientras esperábamos dije: Yo no quiero nada, mi parte se la dejo a Mami, el que me sigue por poco se ahoga al tragar saliva y casi sin poder reaccionar dijo: Yo también y en ese momento creí que mi cuñada se descomponía o lo fulminaba con la mirada y el más chico para evitar ser la oveja negra o ser excomulgado dijo: yo también, obviamente y su cara era como la de un chico frente a un bifecito de hígado.
Así resolvimos la herencia económica, no hubo sucesión de bienes materiales para repartir, pero quedaba la otra, la verdadera, la importante, como se repartía la inmaterial, la emocional, la del nombre, la del prestigio y hasta mi madre, que no era un tema sencillo por su delicado estado de salud.
Respecto que cada uno se agarró lo que pudo, lo que quiso, o lo que supo y debo reconocer que yo me quedé con una porción muy grande, también quizás por el simple hecho de ser el mayor.

Cabe aclarar que mi padre por razones políticas fue dado de baja por un Decreto y moviendo cielo y tierra conseguí mucho más que su reincorporación, conseguí que quedara sin efecto la baja recién después de cuatro largos meses.
El mismo día que me enteré se lo conté, eso fue un jueves y el domingo murió y recuerdo sus lágrimas de emoción cuando entré en su habitación y en vez de decirle como todos días: Hola Papi ¿Cómo estás? le dije: Buenas tardes, señor Director General y él entendió perfectamente mi saludo y me dijo: Yo sabía que era muy difícil, pero también sabía que vos lo ibas a conseguir.
Esas lagrimas fueron mi herencia, el resto era cartón pintado.
En cuanto a mi madre, el COVID, o mejor dicho la falta de vacunas se la llevó, pero a decir verdad ya venía cayendo bastante, ella pudo quedarse a vivir en Zaragoza o en Madrid, pero prefirió venirse conmigo a Buenos Aires, esa fue su elección.
Recuerdo que vivíamos en Valencia y ella estaba en una residencia de monjas en un pueblo a 30 km de mi domicilio, y siempre me decía que cuando me volviera por favor no se lo avisara el último día, que no le dijera mañana me vuelvo (y te dejo tirada acá)
Era febrero, su cumpleaños caía un día antes del mío así que la invité a festejarlo juntos quedándose unos en Valencia y con todo gusto, como siempre, me dijo que sí.
Esa noche, previo a la cena le dije que a fines de junio me volvía a Buenos Aires, le pregunté qué quería hacer y tímidamente me dijo que le gustaría venirse con nosotros (mi esposa, mi pequeña hija y yo) a sabiendas que me volvía con una mano atrás y otra adelante, que por mi edad (56) iba a ser muy difícil que consiguiera trabajo, insistió: voy igual y dijo: El problema será encontrar otro hogar (Residencia para ancianos) como este, pero voy igual.
Entonces le dije que llamara a una amiga que yo tenía en Buenos Aires y le preguntara si conocía algún lugar, me dijo que era tarde, le contesté: allá son 5 horas menos, me dijo es sábado, le contesté: va a misa vespertina, quizás esté y viendo que para cada excusa tenía una respuesta me dijo ¿Qué le digo?; fácil quien sos y después lo que te salga.
Y así hizo, llamó, pidió por mi amiga, dijo quién era y desde el otro lado le contestaron: Hola Rosita, que gusto, te estamos esperando, ya sabemos que llegás en julio, no te preocupes por nada, tu hijo ya arregló todo, hace mucho que estamos hablando con él.
Cortó y llorando me dijo: ¡Turro !, tenías todo arreglado.
Ahí arrancó la 2ª parte del conflicto,
Me plateo que: Ahora voy a tener viajar sola, no sé si podré, mirá si me descompongo, si me mareo, si tengo miedo, porque ahora conseguir un pasaje de apuro me imagino que no se va a poder.
En ese momento le pedí a mi hija que trajera un sobre de mi mesita de luz y nos diera los pasajes, para ver la fecha y la hora exacta del vuelo de regreso, el primero era el suyo (el de mi hija) el 2º el de mi esposa, el 3º el mío y ¡oh sorpresa!, había otro más, que casualmente tenía el nombre mi madre. Viajábamos todos juntos.
Que contenta que se puso y así fue, nos vinimos todos juntos, vivió en una Residencia de Monjas, "casualmente" de la misma congregación que la de España y no hubo un solo fin de semana que no la visitáramos ni un médico al que fuera sola cuando estuve sin trabajar, obviamente siempre con desayuno o merienda incluida y siempre viajando en remis o taxi, como una reina.
Esas lagrimas emocionadas de mi madre cuando recibió los pasajes fueron mi herencia, el resto, en una sucesión que aún no ha comenzado será cartón pintado.