IRSE O QUEDARSE

NOV/ 2022
Natasha Niebieskikwiat es una periodista argentina especializada en asuntos de Gobierno y Política Internacional que actualmente está Madrid.
Desde allí en comunicación con Radio Mitre contó que hay una verdadera invasión de argentinos en esa ciudad y describió el perfil.
Dijo que no se trataba de JUNIORS, jóvenes profesionales con billetera pero sin experiencia, ni SENIORS, profesionales maduros con billetera y curriculums como en los 2000, sino que trataba de familias con hijos, que habían dejado la comodidad de Argentina por emigrar y empezar de nuevo pero con la noble finalidad de intentar buscar un futuro para sus hijos.
Esta simple descripción me introdujo rápidamente en la puerta giratoria de mi vida con el tema predominante de quedarme (actualmente estoy jubilado y sigo trabajando) o de irme para pasar mayores privaciones que aquí cambio de ofrecerle un futuro a mi hija menor y dejar este país estancado donde lo único que ha crecido es el costo de vida, la inseguridad, la pobreza, la indigencia, la marginalidad, el mal humor social y desesperanza, en el que no aparece en el horizonte racional una sola razón que permita intuir un cambio, más todo lo contrario.
La pretensión de pasar esta etapa de mi vida con un nivel alto de tranquilidad y sin miedo de salir a la calle, ni de cruzar en una esquina, ya es un valor agregado para la vida que no se mide con el signo pesos.
Estás son las razones me apesadumbran y un día me impulsan a irme y al otro día a quedarme, pero en la víspera sucedió lo que les voy a contar a continuación:
Mi hija menor ha terminado el CBC y está cursando las primeras materias en Medicina en la UBA, una compañera del secundario que realiza el mismo recorrido anoche cenó en casa y ambas me preguntaron qué futuro veía para ellas, que era mejor estudiar y ejercer aquí, estudiar y emigrar o directamente emigrar.
Apelando a mi escaso nivel de predicción del futuro, a mi convencimiento personal y a como son las expectativas de desarrollo en este país, tener un trabajo medianamente digno, alguna posibilidad de crecimiento profesional y económico, porque negarlo, a pesar del dolor que causaría dar mi opinión sincera, me pregunté ¿Quién soy yo para mentirles? Máxime cuando estoy súper feliz con mi 2° que dejó un muy buen trabajo aquí en CABA y hace un par de años se radicó en España.

Mi respuesta fue contundente, sin grietas estructurales, dije que apelando a los sentimientos ningún padre/ madre en estado normal quiere que sus hijos se vayan lejos, esa mezcla de egoísmo y amor muchas veces es un condicionante para su futuro (si te estás por ir pregúntale a tus viejos, desde el amor de padres, que piensan) pero que desarrollarse en un pais que no se desarrolla no viniendo de una familia acomodada, no habiendo estudiado en una de esas universidades donde se establecen relaciones fundamentales para el futuro y no siendo un súper bochito, el haberse matado estudiando no te asegura mucho.
El pais del futuro, con un oficialismo en posible retirada es un cheque al portador a un clima social invivible, sin posibilidad de ninguna reforma que quite privilegios vergonzantes y muestre al mundo y a nosotros mismos que podemos ser realmente distintos, realmente mejores, realmente confiables, que no borramos con el codo lo que escribimos con la mano, en ese pais la movilidad social descendente es lo unido que está asegurado.
Pero si dentro de un año las encuestas de hoy se equivocan y el oficialismo vuelve a serlo, y se cierra Argentina al mundo, rompemos o súper incumplimos los acuerdos con el FMI, no compramos vacunas Pfizer para que no se lleven los glaciares, seguimos con planes sociales donde al menos 1 de cada 4 es trucho, donde el Estado es el destino de millares de desempleados y donde en algunas provincias la recepción de fondos indiscriminados es lo habitual, sólo por mencionar algunos ejemplos continúa, el desarrollo de los "normales" parece una utopía.
Más que pensar en irse o quedarse lo importante es saber que por el simple hecho de cruzar el charco nadie te va a estar esperando con los brazos abiertos, con un serrano pata negra y un trabajo de puta madre, que hay oposiciones y el mundo civilizado no tiene nada que ver con todo lo que aquí se conoce.
Que el quedarse es más de lo mismo, es estar en una sociedad que se consume como un espiral y sólo deja a salvo a los que ostentan el privilegio, donde la inflación se come los salarios, donde los juicios por corrupción son más largos que piropo de tartamudo y el ciclo esperanza-frustración parece un karma del que no nos podemos abstraernos.
Parafraseando a Clinton: Es el país, estúpido.