HERMANOS

Feb / 2022
La MULTI del 18 de Febrero tuvo dos testimonios, de esos que conmueven al ser más insensible y que movilizan aunque uno quiera evitarlo, ambos referidos a vínculos con hermanos.
Más allá de las razones resultaba contundente el modo en que la relación o la falta de relación afectaba a quienes se manifestaban, tanto que resultaba imposible no conmoverse.
Angustia, dolor, vacío, sentimientos heridos, hasta llegar al llanto en un caso y al desequilibrio emociona en el otro, en ambos casos resultaban notorios los pedidos de ayuda, la necesidad de contar con un respaldo, de poder ver y sentir más allá del dolor y la frustración que el desamor y el abandono les causa.
Dos formas algo distintas de enfocar el mismo tema, dos formas parecidas de presentarlos, pero la situación es la misma casi sin diferencias, hacen pensar que los temas se repiten, que siempre está quien se hace cargo y el otro adopta una actitud pasiva.
Cada uno como puede asume el último tiempo de los padres, mientras que otros por la distancia geográfica o emocional deciden directamente no involucrarse, escapando de cualquier tipo de aporte y hasta en algunos casos, a pesar de mirar todo desde afuera, tienen el caradurismo de opinar y hasta de cuestionar a quien se carga la mochila de la atención, algo que sólo los que lo hemos transitado por ese camino sabemos de qué se trata.
Los orígenes de los problemas parecen ser similares entre todos y las actitudes ante el final de la vida también, es como un clisé que llevamos pegado en nuestra frente y que lo mantenemos o lo arrancamos sin que nos quede ninguna huella, pero el camino intermedio parece no existir.
La relación con los hermanos es lo que es, por la educación y los mandatos que recibimos de nuestros padres, por los cambios que nuestras parejas ocasionaron en nosotros , por los éxitos o por los fracasos, pero más allá de cualquier consideración las conductas ante hechos puntuales parece ser siempre la mismas, la posición dominante no siempre está del lado del que tiene la razón, queda del lado del que tiene menos apego o más capacidad para hacerse el distraído ante los hechos que merecen atención y esfuerzo.
Los hermanos son un tema muy interesante para analizar, pero más importante me resulta pensar en mis hermanos y yo y ahí la cosa se complica, ya no es tan clara ni tan sencilla.
Soy el mayor de tres hermanos, hijo mayor, nieto mayor de ambos abuelos, sobrino mayor de todos los tíos, primo mayor, muchas exigencias volcadas en una sola persona, muchas veces sentí cierta carga ante tantas responsabilidades.

Con mis hermanos viví hasta que me casé y con el menor y madre luego de mi separación, con ambos tuvimos una empresa constructora durante 10 años donde aún habiendo dejado la sociedad en la formalidad, en la realidad continuaba ejerciendo mi rol de tener la última palabra.
Al tiempo de cerrar la Empresa descubrí algunos manejos turbios que me causaron poca gracia.
Luego llegó el día en que hubo que hacerse cargo de mi madre y al principio asumí esa responsabilidad hasta que me cansé y planteé que esa historia había llegado a su fin.
Resueltas algunas diferencias llegamos al acuerdo que pasaría 4 meses con cada uno (todos vivíamos en España) y cuando comenzaba la 2° vuelta el acuerdo se rompió y se quedó conmigo, conviviendo o en una Residencia bajo mi exclusiva Responsabilidad y ante mi regreso a Argentina ella tomó la decisión de acompañarnos, sabiendo que yo volvía sin trabajo, sin dinero y que por mi edad (57, en ese momento) era muy difícil que consiguiera trabajo y estaba muy lejos de la jubilación.
A pesar de eso eligió regresar y para ese entonces ya hacía algún tiempo que nuestra relación de hermanos se hallaba rota y continuó de ese modo durante muchos años más.
Tuve muchísimas discusiones con mi madre cada vez que me hablaba de mis hermanos y ella insistía a sabiendas que me iba a enojar, no podía contener su amor de madre aunque me repitiera en cada oportunidad: "No te pongas nervioso, te va a hacer mal, no podía evitarlo y también me decía "yo voy a seguir rezando".
Un día, un año antes de morir coincidió que ambos vinieran al país, uno desde Chile y el otro desde España y nos juntáramos a almorzar, mi madre compartía en su rostro la alegría por volver a ver a sus 3 hijos sentados en una misma mesa con el miedo que en cualquier momento todo explotara por los aires, algo que afortunadamente no sucedió.
Para su alegría y sin ningun esfuerzo, arrancamos una nueva etapa en nuestras vidas, sin reclamos, ni chicanas, sin dobles sentidos, obviamente sin olvidar los motivos que derivaron en la separación pero con armonía y bastante normalidad.
En mi caso particular ya no sufro por la falta de relación por que la he recobrado, ni tomo los motivos del alejamiento por causas menores o ajenas a los voluntades de ellos ni tampoco he hecho desaparecer los acontecimientos vividos, los que tengo incorporados pero ya no me hacen daño, fue lo que sucedió, pudimos barajar y dar de nuevo y eso es lo importante.
La MULTI puede servir para muchas cosas, una es para reflexionar, recordar, disfrutar o traer al presente momentos que pasaron y que si no hemos tenido la posibilidad de resolverlos lo intentemos, ya que la vida es una montaña empinada y si vamos ligeros de equipaje es mucho mejor y los dolores del pasado, los conflictos no resueltos, las heridas no cicatrizadas pesan una verdadera enormidad.