De Madrid a Miami

Entre las virtudes que NO he desarrollado está la comprensión inmediata, pero sí que lo que escucho, o veo me queda reservado en algún lugar como esperando para ser procesado.
Eso me pasó con un testimonio de la MULTI del 14/01/22 donde se comentó la auto invitación de una señora rechazada por su hermano que hace 50 años que reside en Miami y a quien extraña mucho.
Vivir las últimas 5 décadas en países tan distintos convierte en seres absolutamente diferentes es como el título del cuento de Jorge Luis Borges, "El jardín de los senderos que se bifurcan" y me pregunté porque me había resonado tanto, hasta llegar a emocionarme.
Simple, como me sucede siempre, porque fue muy sencillo ponerme en su lugar y sentir lo mismo, algo parecido, o que simplemente actuara como un disparador y hasta un paso más, peor obviamente.
Con mi hermano pequeño fundamos una empresa constructora, pequeña, insignificante, pero nuestra y el del medio, el único profesional, el único que había llegado a un puesto importante (subgerente en Telefónica de Argentina SA) no formaba parte.
Un día renunció y se vino con nosotros, aunque ni su esposa ni siquiera nuestros padres estaban del todo de acuerdo con su incorporación, por motivos muy diferentes según los casos, aceptamos que nos acompañara en la aventura.
"El ingeniero", el que sabía todo de todo dejaba el bienestar por la independencia y cuando le pedí que fuera a controlar una obra recuerdo que me dijo "decime vos que hago, porque yo no tengo experiencia, no sé nada, nunca pisé una obra" pensé que en ese momento se desintegraría, como un pan de manteca sobre el asfalto en verano, pero no sucedió.
Se acopló como el último orejón del tarro, se banco venir a aprender y así pasamos 10 años donde fuimos compañeros de trabajo, socios, hermanos y finalmente y sobre todo grandes amigos.
Un día me dijo: "No aguanto más este pais, dejo todo y me voy" y así hizo dejo todo y se fue, yo sentí un desgarro sentimental muy fuerte, habíamos aprendido a ser uno, a entendernos con la mirada, sabíamos cuando cada uno debería hablar cuando íbamos a reclamar y cuando era el momento de callar.

Al cabo de un par de años nos volvimos a encontrar en España, con varias heridas sin restañar y paré en su casa de Madrid un fin de semana antes de seguir viaje rumbo a Palma de Mallorca donde debía comenzar en un trabajo que él me había conseguido.
Era un puesto altísimo, algo que a cualquier español le hubiera costado 20 años en llegar a ocupar a mí me lo habían regalado o pagado a cuenta de otras cosas.
Pero me quedaba el tema de los afectos, de lo que realmente me había llevado a hacer 12.000 km dejando un excelente trabajo en Buenos Aires (era gerente técnico de una constructora) parte de mi familia, mis amigos, mi pasado y cuando estuve con él me desilusioné, ya no era el que se había ido, ya no era el que ocupaba mi fantasía, ya no éramos ni compañeros de trabajo, ni socios, ni amigos, éramos sólo hermanos, un vínculo que nos había quedado chico por todo lo que habíamos sido capaces de desarrollar.
Los años que siguieron al 2001 en Argentina fueron muy difíciles para el pais y para lo quedaba de mi empresa, organizar una convocatoria de acreedores privada, negociar con cada uno, mendigar con el Estado que me saldara las deudas, perder todo lo material, la salud y la paz, al tiempo que en Europa se estaba viviendo el principio del final de la fiesta, con una obra en cada calle, con un movimiento espectacular, sin inflación, sin falta de trabajo, dos mundos distintos no podían hacer otra cosa que reconvertir a dos personas parecidas en dos ilustres desconocidos.
Fui a buscar al hermano súper amigo que despedí en Ezeiza y me encontré con otra persona, el tiempo y el lugar nos habían convertido en personas con un pasado común y un presente sin ningun punto de coincidencia.
Entonces pensaba en esta señora si viaja a Miami a quien irá a buscar: al que se fue y extraña, o al que es y quizás no conoce tanto, al del recuerdo del pasado o al del presente que en sus costumbres, sus tiempo y sus pensamientos debe tener poco que ver con el que ella pudo haber idealizado.
Yo me fui a encontrar con ese que me quise encontrar y ya no era ni es ni sombra de los recuerdos que guardo.
La distancia es generadora de muchas cosas, de muchos recuerdos, de sueños, de ilusiones y también de grandes frustraciones, el tiempo pasa para todos. A veces es peligroso aferrarse al pasado.