CUANDO HASTA LAS PIEDRAS HABLAN.

OCT/ 2022
El extenso y absolutamente conmovedor audio una madre, de esos que se notan que sólo fluyen cuando se habla con el corazón tan abierto como desgarrado por el dolor, decidí escucharlo sólo una vez, dejar pasar un pequeño tiempo y sentarme frente a la pantalla, no a hacer un resumen de lo escuchado, sino a escribir lo que me hubiera decantado y penetrado en las fibras más íntimas.
Como quien me envió el mensaje no tenía ninguna intencionalidad más que la de compartir su angustia, ni yo al escribirla, salió lo que salió, todo a corazón abierto, donde lo importante era volver a poner blanco sobre negro una situación desbordante para los padres, peligrosa para el joven dolorosa para mí y a la que en otras oportunidades ya me he referido.
Así nació el Post (Todos tenemos una historia) y las siguientes son algunos de los aportes que el mismo fue capaz de alumbrar:
Una habitual asistente, a quien le brota la bondad y el temple por los poros nos regaló el siguiente aporte (hice algunos cambios, que no alteran el contenido, a fin de preservar su identidad)
Sinceramente creo que es una situación muy difícil para ellos y sus hijos.
Yo lo viví a lo lejos porque un sobrino de parte de la familia de mi marido, se internó varias veces y volvió a recaer, hasta que se dejó morir, tenía una nena de tres años y un bebé de un mes.
Se fue y siempre lo estamos extrañando.
La luchadora y abnegada madre nos dijo:
Que claro que escribís admiro tu facilidad y gracias por hacer visible para quien pueda ser útil está "problemática compleja" como muchos dicen.
El (para mí) injusta e incomprendidamente atacado padre, fue muy expresivo al decir:
Hola Edmundo. Leí hoy tu último post en el que soy uno de los protagonistas principales (alguna vez tenía que conseguir el papel principal, je).
Por un lado quería decirte que expones tal cuál las sensaciones, angustias y demás miserias que padecemos en la relación mía y de mi esposa con mi hijo.
Es muy gratificante leerte ya que entendés claramente nuestra situación.
Pero paralelamente pienso que estaría bueno que me pegues unos buenos palazos (no lo tomes literalmente, ja) , porque parecería que soy perfecto y mi hijo el imperfecto.

Por cierto no es así. Sé con seguridad que mi hijo también sufre como nosotros, que tiene muchos miedos y no sé cuándo y cómo fallé, que no le pude dar esa seguridad y falta de autoestima. Sería un don divino que alguien me abra...
Chupate esa mandarina, Catalina. Ahí está el insensible padre, el que no se hacía cargo de nada, el que carecía de sentimientos. Le deben estar dando varios "palazos" como para que, con razón o sin ella, pueda expresarse así.
Entonces le pregunté, cómo hago con todos los que tengo el placer de intercambiar algunos momentos de reflexión:
Muchas gracias por tus palabras. ¿Querés que lo arme y lo publique?
Y sobre el pucho, la escupida, de una, como dicen los más jóvenes, sin estar subido al caballo, ni a ningún pony, sin asumir la posición de un hombre "supuestamente" superado, se jugó y a sabiendas que podía trascender su pensamiento me contestó.
No me agradezcas a mí. Yo te agradezco a vos que hacés hablar a esta piedra.
Es todo suyo maestro, dibuje!!
Así fue que asumí el compromiso de intentar darle un poco de vida a esta conversación, teclado de por medio, este café imaginario en la última mesa de un bar de barrio, donde me daba la sensación de escuchar de diferentes formas unas pocas palabras: Ayúdennos sin juzgarnos y le contesté.
Lo intentare.
CONCLUSIÓN:
Lamento carecer de formación y capacidad para poder ayudarlos más allá de intentar visibilizar la situación, que como tantas otras empieza tan atrás como seamos capaces de recordar, tal como nos enseñó el Dr. HV: nuestros padres también son o fueron hijos de otros padres, que también fueron hijos y así indefinidamente.
No hizo falta ponerle un cuchillo en la garganta para el padre dijera: Sé con seguridad que mi hijo también sufre como nosotros, que tiene muchos miedos y no sé cuándo y cómo fallé, que no le pude dar esa seguridad y falta de autoestima.
Mamadeeera, pensamiento si los hay.
Espero volver a verlos en la MULTI, con estas posiciones que generarán empatía, apoyos y seguramente más de una resonancia que les servirá para infundirles nuevos bríos para seguir adelante, en esta dura prueba que les ha puesto la vida.

