CA UNO ES CA UNO.
Ca uno es ca uno, ca cual es cual. A cada uno le pega como le pega.

FEB / 2023
Las vivencias ante los desplantes, la mala atención, la mala praxis, la falta de cordialidad o empatía es un algo que se percibe en la sociedad, casi a cada paso y cómo reaccionar ante esa situación quizás no marca la gravedad de lo recibido como nuestra tolerancia ante situaciones que nos desbordan.
Las posibilidades de reacción van acompañadas por lo que cada uno siente en el momento que le ocurre, por la importancia del suceso y por las herramientas que uno tenga para intentar poner en orden lo que se ha desmadrado.
De la forma que nos paremos ante los conflictos que diariamente se suscitan habla mucho de nosotros mismos, pero también de quienes nos ven actuar, los que en muchas ocasiones con una mirada sesgada elaboran teorías de la conducta las que no siempre son acertadas.
Este tema me generó muy fuertes resonancias, ya que cuando me debían operar para extirparme el riñón que alojaba un tumor canceroso fue el feriado por el intento de atentado a la Vicepresidenta y se me postergó casi un mes, el día indicado, como un solo hombre antes de las 06:00 hs., ya estaba en el Hospital Español, me pusieron la vía, a las 6 horas me despertaron, me dijeron que me vistiera y me fuera, que no me podían operar porque se habían quedado sin sangre suficiente y que con lo que tenían no se iban a arriesgar.
Me levanté, me vestí y me fui a desayunar con mi esposa y mi hija al bar que hay enfrente, sin mayor problema que haberme quemado el labio con la taza caliente.
Ese hecho que lo asumí con naturalidad, como no tenía dolores de ningún tipo, ni angustias, ni miedo a morirme, me fui sin levantar la voz.
A los dos días llamé para ver como seguía el tema y me dijeron que la semana próxima me iba a recibir uno de los cirujanos, fui el día indicado de la cita y me dijo que en noviembre (era fines de octubre) no podía ser porque estaban todos los turnos tomados, que en diciembre trataban de no tomar más pacientes, porque ya tenían muchos y no querían que fuera muy sobre la fecha de las Fiestas para que nadie la pasara internado, lejos de su familia.
Que volviera en Enero, que seguramente entre Enero y Febrero me operarían, que no había ningún apuro, que en ese momento o más adelante, en mi caso era lo mismo.
Cuando lo comenté muchos me aportaron soluciones que una a una fui descartando, agradeciendo y postergando la definición, desde acceder a la máxima autoridad legal del Hospital hasta presentar un recurso de amparo, ambas cosas me hubieran salido y me hubieran costado un gracias, ya que el ofrecimiento provenía de íntimos amigos.
Cuando que comenté que nada de eso hice mucho se me tiraron encima, traté de explicar sin suerte que tenía otros mecanismos para solucionar el tema y así fue que luego que me citara el Jefe del Servicio y me recibiera como si fuera un jeque de Qatar me dijo el 30 de Noviembre me operarían.
No reaccione mal en ningún momento, eso fue porque mi personalidad y algunas gestiones especiales lo hicieron posible y quizás porque la Venlafaxina hizo el resto.
Muchos se alegraron con la noticia de la fecha, otros en cambio me atosigaron con que reprimía mis sentimientos, que me había controlado por miedo y un sinfín de cosas más, a pesar de haber explicado que disponía de medios para llegar a soluciones sin necesidad de llamar a Crónica o de mandar una carta a Clarín o La Nación.

Conclusión:
Ante situaciones iguales o parecidas hay tantas formas de reaccionar como personas y cada uno lo hace como mejor le sale, como sabe, como puede o como quiere y nadie tiene derecho a juzgarnos por eso.
Así que para otra oportunidad baste recordar ese slogan de la dictadura: El silencio es salud.
Otro de los testimonios, muy sentido fue la narración de cómo había sido el tratamiento que había recibido una asistente que a muy temprana edad recibió una sentencia maternal con agravio incluido, absolutamente desproporcionado e inacorde con la realidad y que ese hecho, obviamente, la había marcado.
En mi caso también he quedado fuertemente marcado por algunas conductas de mi padre, quien desde muy chico siempre me dio muchísima libertad y fui asumiendo responsabilidad en mi actuar.
Eso que siempre lo asumí como muy meritorio, por él que me dio la posibilidad de desarrollar una virtud que siempre la valoró y por mí, porque nunca tuve dudas que mi sentido de la responsabilidad, del cumplimiento de las obligaciones, del buen proceder, del atenerme a las reglas, eran un valor excelso.
En la juventud cuando salía con mis amigos, sus novias o esposas decían que si salían y yo estaba era señal que no harían nada indebido y yo me hacía el ofendido, por dentro me regodeaba, pero tenían razón.
Esa misma línea de conducta adopté con mis 4 hijas, obteniendo resultados totalmente diferentes, la mayor es bastante responsable, a la 2ª siempre todo le dio lo mismo, a pesar de eso estudió, tiene dos carreras y un día se fue a vivir a España, hecha una toda mujer, la 3ª es un tiro al aire, y la 4ª, la única de 2º matrimonio parece un calco mío.
Todo esto a pesar que un día mi terapeuta de ese tiempo, cuando le conté todo lo responsable que era, y como asumí mis compromisos, honrando el ejemplo (mandato) paternal me dijo que mi padre me arruinó la juventud al darme más responsabilidades de las que eran compatibles con mi edad.
Conclusión:
Algunas veces con gestos, con actitudes, con palabras, algunas veces dulces, otras agraviantes nos marcan y nos dejan marcados de por vida y hasta esos mandatos los transferimos de generación en generación.
La Multi tiene eso, nos dejan pensando en el momento o después, a veces podemos contar lo que nos pasa, como nos resuena en forma verbal y otras veces determinadas por las circunstancias debemos callarlas pero darles la oportunidad que se desarrollen en nuestro interior con una fuerza irrefrenable, la cuestión es que cuando las Multis están bien coordinadas y la gente que participa entiende como es el mecanismo todo fluye, hay espacio para todos, no hay desvíos ni quien acaparé el tiempo con interrupciones ni con exposiciones extensas que al final no se sabe ni cuál era el tema básico que se pretendía tocar.
Un espacio para cada uno, aportando para un tema del que puedan germinar resonancias, aprendizajes, razones para vivir con esperanzas y disfrutando de la felicidad y saliendo de la zona de confort, es la mejor resonancia que puedo movilizarme en mi interior aunque no haya podido hablar por estar en un sitio nada propicio para hacerlo.